Borís
Fiódorovich Godunov (ruso: Борис Фёдорович Годунов) (c. 1551 — 13
de abril de 1605) fue regente de facto del Zarato ruso desde 1584 a 1598
y luego se convirtió en el primer zar no perteneciente a la dinastía Rúrik
ejerciendo el poder como tal desde 1598 a 1605. Borís fue el miembro más famoso de una antigua —y ahora extinta—
familia rusa de origen tártaro, que había emigrado desde la Horda de Oro a Kostromá
a principios del siglo XIV.
La
carrera de servicios de Borís comenzó en la corte de Iván el Terrible. Es mencionado en 1570 por haber tomado parte
en la campaña de Serpeisk como arquero de la guardia. Al año siguiente, 1571,
se convirtió en miembro de la temida Opríchnina y consolidó su posición en la
corte mediante su matrimonio con María, la hija del favorito de Iván IV, el
temido Maliuta Skurátov.
En
1580 el zar eligió a Irene Fiódorovna, la hermana de Borís, para ser la esposa
de su hijo, el zarévich Teodoro de 14 años de edad, momento en el cual Borís
fue elevado al rango de boyardo. En su lecho de muerte Iván designó un Consejo
formado por Borís Godunov, Fiódor Nikítich Románov, y Vasili Shúiski junto con
otros Románov, como guardas y consejeros de su hijo y sucesor, Teodoro I, quien
a pesar de sus 27 años, no era muy inteligente y sumamente enfermizo.
Al
fallecer Iván IV, también dejó otro hijo de tres años de edad Dmitri Ivánovich
(1581–1591), que había nacido de su séptimo y último matrimonio. Dado que la Iglesia
Ortodoxa rusa reconocía solo sus tres primeros casamientos, y los hijos habidos
en ellos como legítimos, técnicamente Dmitri (y la familia de su madre) no
tenían ningún derecho sobre el trono. Aun así, el Consejo, poco tiempo después
del fallecimiento de Iván IV, envió a Dmitri junto con su madre María Nagaya a Úglich
a unos 190 kilómetros de Moscú. Dmitri falleció allí al cabo de algunos años, a
la edad de 10 años (1591). Vasili Shúiski encabezó una misión oficial para
determinar las causas de su muerte, y el veredicto oficial fue que el niño se
cortó la garganta durante un ataque epiléptico. La viuda de Iván IV denunció
que su hijo había sido asesinado por agentes de Godunov. Nunca se pudo
establecer la culpabilidad de Godunov y poco tiempo después la madre de Dmitri
fue obligada a tomar los hábitos.
El
reinado de Teodoro I comenzó con una rebelión en favor del infante zarévich
Dmitri. Con ocasión de la coronación del zar, el 31 de mayo de 1584, Borís
obtuvo honores como parte del Consejo de cinco hombres. Con todo, Godunov llevó
a cabo el segundo lugar durante el curso de la vida del tío (político) del zar
Teodoro I, Nikita Románovich Zajarin-Yúriev, quien al fallecer, el 23 de abril
de 1585, lo dejó sin un rival serio. Una conspiración en su contra por parte de
todos los otros boyardos importantes y el metropolitano Dionisio II, que
buscaba quebrar el poder de Borís mediante el divorcio del zar de la hermana de
Godunov, terminó en el castigo o caída en desgracia de los complotados. Por lo
que el poder de Godunov creció hasta ser omnipotente. La dirección de los
asuntos del reino pasó completamente a su control que ejerció durante 13 de los
14 años que reinó Teodoro I, relacionándose con los príncipes extranjeros como
un par.
Sus
políticas fueron por lo general pacíficas, y muy prudentes. En 1590 derrotó a
los tártaros, que habían realizado una incursión sobre Moscú, motivo por el
cual le fue conferido el título de koniushi, un título antiguo con mayor
dignidad que el de boyardo. En 1595 logró recuperar los pueblos que había
capturado Suecia durante el reinado previo. Mantuvo una posición independiente
respecto de Turquía, brindando apoyo a una facción anti-turca en Crimea, y
apoyando al emperador con subsidios en su guerra contra el sultán.
Borís
fomentó el comercio de los mercaderes ingleses con Rusia, al eximirlos del pago
de impuestos. Civilizó las fronteras del noreste y sudeste de Rusia al
construir numerosas ciudades y fortalezas para mantener bajo control a las
tribus tártaras y finesas. Entre estos pueblos se encontraban Samara, Sarátov, Vorónezh,
Tsaritsyn, y otros poblados más pequeños. También fomentó la recolonización de Siberia,
que había salido de la esfera de influencia de Rusia, y ordenó la fundación de
numerosos asentamientos, incluido Tobolsk entre otros.
Durante
su regencia se constituyó el Patriarcado de Moscú de la Iglesia Ortodoxa Rusa.
El Metropolitano Job de Moscú se convirtió en 1589 en Patriarca de Moscú y Toda
Rusia. Con ello la Iglesia rusa se convirtió en autocéfala y se emancipó de la
influencia del patriarca de Constantinopla. Esta reforma satisfizo las
aspiraciones del zar, puesto que Teodoro vivía con un profundo interés todos
los asuntos de la Iglesia.
Su
reforma interior más importante fue el decreto de 1587 por el que se prohibía a
los campesinos romper la relación de servidumbre con un señor para pasarse a
otro, de manera que quedaron unidos a la tierra. El objeto de esta ordenanza
era asegurar ingresos de los grandes señores, pero esto condujo a la
institución de la servidumbre en su forma más opresiva.
Al
morir el zar Teodoro I (7 de enero de 1598) sin dejar descendencia, la ambición
y el instinto de supervivencia empujaron a Borís a apoderarse del trono. De no
haber tomado dicha iniciativa, es probable que en el mejor de los casos su
destino hubiera sido quedar confinado en un monasterio. Su elección fue
propuesta por el Patriarca Job de Moscú, quien tenía la convicción que Borís
poseía las cualidades apropiadas para poder gobernar en medio de las extremas
dificultades de la situación existente. Sin embargo, Borís solo aceptó el trono
cuando se lo ofreció la Zemsky Sobor, o asamblea nacional, que se reunió el 17
de febrero, y lo eligió por decisión unánime el 21 de febrero. El 1 de
septiembre Borís fue coronado zar en una ceremonia solemne.
Durante
los primeros años de su reinado gozó de mucha popularidad, gobernó sabiamente y
estableció un clima de prosperidad. Borís entendió la necesidad que tenía Rusia
de crecer y alcanzar el progreso intelectual existente en Europa, y por ello
fomentó numerosas reformas sociales y educativas. Fue el primer zar que importó
gran cantidad de maestros extranjeros, el primero en enviar jóvenes rusos a
recibir educación en otros países, y el primero en permitir que se construyeran
iglesias luteranas en Rusia. Tras ganar la guerra ruso–sueca (1590–1595), vio
la necesidad de crear un acuerdo sobre el mar Báltico, e intentó anexionarse Livonia
mediante gestiones diplomáticas. Cultivó buenas relaciones con los países
escandinavos, con el objetivo de fomentar lazos de sangre con las casas reales
de estos, y así aumentar la dignidad de su propia dinastía.
Indudablemente
Borís fue uno de los más grandes zares de Rusia. Pero sus enormes cualidades se
vieron empañadas por su personalidad desconfiada, que hacía que le fuera
imposible tratar en forma cordial a aquellos que lo rodeaban. Su miedo a
posibles pretendientes al trono lo indujo a prohibir que algunos de los más importantes
boyardos contrajeran matrimonio. También promovió la existencia de informantes
y persiguió a los sospechosos basado en la supuesta "información"
obtenida por dichos medios. La familia Románov sufrió especialmente a causa de
este comportamiento. Tampoco aceptó una unión personal que le propuso en 1600
una misión diplomática encabezada por Lew Sapieha de la Mancomunidad de
Polonia-Lituania.
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