Basilio
IV de Rusia (en ruso Василий IV Иванович Шуйский, Vasili IV Ivánovich Shuiski, otras transliteraciones:
Vasily, Vasili) (22 de septiembre de 1552 – 12 de septiembre de 1612)
fue zar de Rusia en el periodo comprendido entre 1606 y 1610, tras el asesinato
de Dimitri I "El Falso". Fue destituido durante el Período Tumultuoso.
El último zar de la dinastía Rúrik
en el trono de Rusia, de la línea de los príncipes Shuiski.
Nacido
Príncipe Vasili Ivánovich Shúiski
en 1552, y descendiente de los príncipes soberanos de Nizhni Nóvgorod, era uno
de los principales boyardos del Zarato ruso durante los reinados de Teodoro I y
Borís Godunov. Basilio y su hermano pequeño, Dmitri Shuiski, trabajaron en
conjunto, enfrentándose a las intrigas de la corte durante el Periodo
Tumultuoso.
Enviado
por su familia a la corte imperial en Moscú, trabajó bajo las órdenes de Borís
Godunov desde antes que éste se convirtiera en zar. Fue precisamente Vasili
Shúiski quien viajó a Úglich por orden directa de Borís Godunov para investigar
sobre las causas de la muerte del zarévich Dmitri Ivánovich, hijo menor de Iván
el Terrible, que había muerto allí en misteriosas circunstancias con apenas
nueve años de edad.
Shuiski
informó que la muerte del zarévich Dmitri se debía a un suicidio, aunque
abundaban los rumores de que el zarévich había sido asesinado por unos falsos
monjes o maestros enviados por el regente Borís Godunov con ese fin. Puesto que
Godunov aspiraba a asumir el trono si el hijo mayor de Iván el Terrible, el
débil y apocado zar Teodoro I moría sin hijos, el único obstáculo para ese
proyecto sería el zarévich Dmitri; por tanto, la muerte de éste alimentaba las
sospechas contra Godunov.
Había
aristócratas opuestos a Godunov que sospechaban que el zarévich Dmitri escapó
al asesinato y otro niño fue muerto en su lugar, abriendo así las puertas a la
aparición de múltiples impostores como Dimitri I, Dimitri II y Dimitri III. No
obstante, Shúiski dirigió una serie de amplias investigaciones entre los
habitantes de Úglich y los familiares de María Nagaya (la madre del zarévich
Dmitri), para concluir que el niño se había matado al sufrir un ataque grave de
epilepsia mientras jugaba con un cuchillo frente a otros niños.
Tras
este episodio, Shuiski siguió sirviendo fielmente a Borís Godunov, incluso
después que se convirtiera en zar. No obstante, tras la repentina muerte de
Godunov en abril de 1605 y el ascenso al trono de su hijo Teodoro II, Shuiski
se retractó de sus propias conclusiones en la citada investigación para
granjearse el favor del pretendiente al trono, Dimitri I "El Falso",
que intentaba hacerse con el cetro haciéndose pasar por el Zarévich muerto.
Shúiski
abandonó a Teodoro Godunov y reconoció al pretendiente como el
"verdadero" Dimitri, a pesar de haber determinado catorce años antes
el suicidio del hijo de Iván el Terrible; de este modo legitimó el asesinato
del joven Teodoro y de su madre.
Shuiski
influyó para que otros boyardos aceptaran la autoridad de Dimitri I "El
Falso", pero pronto advirtió que el nuevo zar no le otorgaría ventajas ni
privilegios en el nuevo régimen, prefiriendo antes a sus aliados polacos. Ante
ello, Shúiski conspiró activamente contra el falso Dimitri acusándolo de ser un
títere de Polonia-Lituania y poniendo ahora en duda, por segunda vez, su
calidad de "hijo de Iván el Terrible". Consiguió así liderar una
rebelión en Moscú que culminó con el asesinato del zar Dimitri y la matanza de
los polacos de su comitiva. Para justificar todos estos hechos, Shúiski declaró
luego públicamente que el verdadero
Dimitri había sido asesinado y el Zar reinante era un impostor.
Tras
el asesinato del Falso Dimitri y la matanza de los polacos que estaban a su
lado en Moscú, los aristócratas de esa misma ciudad proclamaron entonces Zar a
Vasili Shúiski el 19 de mayo de 1606, con el nombre de Basilio IV de Rusia tras arduas discusiones, en las cuales fue
evidente que los boyardos estaban desunidos sobre quién debía reinar. Pese a su
coronación, Shúiski debió luchar contra las intrigas de otros boyardos que
aspiraban a suplantarlo o dominarlo, así como con la abierta enemistad de Polonia,
que esperaba vengarse por la matanza de la comitiva de Dimitri. Además, la
anarquía política del Periodo Tumultuoso hizo que la autoridad de Shúiski nunca
fuera ampliamente reconocida en toda Rusia; incluso en la propia Moscú poseía
poca autoridad, y lo salvó de ser depuesto por los boyardos el hecho de que no
tuvieran a nadie que colocar en su lugar.
Sólo
la popularidad y los triunfos bélicos de su heroico primo, el Príncipe Mijaíl
Skopín-Shuiski, quien condujo sus ejércitos de rusos y mercenarios extranjeros
desde Suecia, lo mantuvo en el inestable trono por unos años, luchando contra
las invasiones de Polonia-Lituania y sublevaciones internas. Las envidias e
intrigas de la familia Shúiski causaron que Mijaíl Skopín-Shuiski muriese
envenenado en abril de 1610, acto aprobado por Basilio IV por temor a que
Mijaíl le disputase el trono de Rusia apoyándose en sus victorias militares
sobre los polacos.
Poco
después de la muerte de Mijaíl Skopín-Shuiski, las tropas rusas (que ya
comprendían gran cantidad de mercenarios suecos y alemanes) fueron severamente
derrotadas por los soldados polacos inferiores en número en la Batalla de
Klúshino el 4 de julio de 1610. Sin líderes hábiles y competentes, las fuerzas
rusas parecían incapaces de oponerse a otra masiva invasión polaca que se
dirigía sin oposición hacia Moscú.
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